El papel de la digitalización en la eficiencia energética de la industria

En España, la industria consume el 31% de toda la energía que se usa en el país, con Cataluña, la Red social Valenciana y el País Vasco concentrando mucho más de la mitad de la demanda. No obstante, este consumo energético también tiene un impacto en el cambio climático, en tanto que la industria y el ámbito energético son causantes del 80% de las emisiones de dióxido de carbono en España.

Para más información combatir este desafío, el gobierno español ha elaborado diversas medidas, desde la promoción de las energías renovables hasta el Plan de ahorro y eficacia energética. La meta es cumplir con los objetivos del Protocolo de Kyoto, que España ha ratificado, sin poner en una situación comprometedora la capacidad productiva de las compañías.

image

A pesar de estas medidas, algunas compañías se temen que el costo de realizar los objetivos de reducción de emisiones sea demasiado prominente, con un posible impacto del 05% al 06% del PIB de forma anual. No obstante, las compañías también tienen la posibilidad de crear y amoldarse a las nuevas tecnologías y prácticas que fomenten el uso eficiente de la energía y la reducción de emisiones.

image

La liberalización del mercado energético en España, que permite a los usuarios escoger su distribuidor de energía, asimismo ha creado chances para empresas que deseen invertir en fuentes de energía más limpias y eficientes. El gas natural, en particular, se está transformando en una opción popular para la industria, con el sector cerámico en la Comunidad Valenciana como el mayor consumidor.

La cogeneración es otra tecnología que se está utilizando poco a poco más en la industria para achicar la intensidad energética y el consumo de energía primaria. Las plantas de cogeneración permiten la producción conjunta de calor y electricidad, lo que aumenta la eficiencia energética y reduce el valor de la energía.

image

El Plan de ahorro y eficiencia energética nacional 2004-2012 del IDAEundefined para la Diversificación y Ahorro de la Energía) tiene como propósito reducir la intensidad energética en un 72% en ese período, lo que se traduciría en al menos 2853 millones de euros en ahorros de consumo. El avance de tecnologías mucho más eficaces y el promuevo de fuentes de energía renovable son claves para poder esta misión.

Además, la directiva europea sobre el comercio de emisiones de efecto invernadero, que entrará en vigor en 2005, obligará a las compañías a tener en consideración el cambio climático en sus resoluciones empresariales. Las compañías podrán comercializar sus derechos a producir CO2 y esos que emiten menos van a poder vender sus excedentes a empresas que emiten mucho más.

El desafío de achicar el consumo de energía y las emisiones de CO2 en la industria puede parecer difícil, pero asimismo presenta oportunidades para innovar y adaptarse a las novedosas tecnologías y prácticas que promuevan la eficacia energética. Las compañías pueden explotar estas oportunidades para achicar sus gastos y mejorar su competitividad en un mundo cada vez más consciente del cambio climático.